viernes, 28 de junio de 2013

Nota Explicativa

¡Hola amigos!
Lamento la falta de posts en las últimas semanas, pero este mes estoy centrado al cien por cien en mis exámenes de Julio, así que hasta el fin de semana del día 6 no podré hacer ninguna reseña.
Gracias por vuestra atención. :)

lunes, 10 de junio de 2013

Conexión entre Asia y Tradición en Crocante

Tras un fin de semana dedicado única y exclusivamente a destrozar neuronas tras acabar exámenes, este sábado volví a comer por ahí de manera curiosa, no yendo a reventar el buffet libre del Domino´s Pizza.
En esta ocasión, fui con mis padres a un pequeño restaurante que ha abierto hace poco en pleno barrio de Cimadevilla. 
Su nombre: Crocante; su comida: exquisita.

Fuimos cuatro personas: mis padres, mi padrino y yo. Debido a la gran variedad de platos que ofrecen, nos decantamos por picar seis platos entre los cuatro, y la idea no decepcionó a nadie.

Empezamos suave, con una ensalada de pollo crujiente y frutos secos,estaba bastante bien, aunque en mi opinión se pasaron con el aceite,además decían que iba aliñada con yogur de miel, yo aún sigo buscándolo, de todas formas, muy sabrosa y abundante.
Gustó bastante en la mesa la manera de hacer el pollo, ya que para darle ese toque crujiente lo freían rebozándolo en cereales, yo era la primera vez que lo  veía cocinado así, y a mi sorpresa tuve que añadir mi aprobación.
Casi a la vez nos sirvieron las gyozas de gambas,conocidos también como los ravioli japoneses. Son una especie de empanadilla marcadas primero a la plancha para luego ser cocinadas al vapor, están rellenas de verduras y gambas, y su pasta está hecha de harina de trigo, las acompañan con salsa de soja y salsa agridulce, aunque en mi opinión no es necesario mojarlas, ya que de por sí estaban exquisitas.
Un poco más tarde, llegó mi gran debilidad, el sashimi de atún rojo, simplemente atún crudo cortado en finas tiras, aunque mas gruesas que las de un carpaccio, pero amigos, aunque no esté cocinado, es una de las mayores delicias que se pueden encontrar si el producto es fresco, y en este caso lo era, porque en este restaurante sólo sirven atún los fines de semana, puesto que lo reciben los viernes, un detalle que en algunos sitios pasan por alto,y en este se agradece y se disfruta.


También a la vez(parecía que querían servir los platos de dos en dos) nos pusieron las croquetas de compangu, era la primera vez que probaba croquetas con ese relleno, y debo decir que quedé abrumado, no solo por la habilidad con la que consiguieron que una croqueta supiese a fabada, sino con la potencia que tenía su sabor, debe ser que habían dejado reposar la fabada. En su momento me encantaron, pero durante la tarde me estuve acordando del ganadero que crió al cerdo de donde salió la morcilla y el chorizo del compangu, porque me estuvieron repitiendo TODA la tarde y parte de la noche.
Siguiendo con la cocina tradicional, atacamos un pulpo a la brasa con alioli de pimentón, he de decir que prefiero el pulpo cocinado así que el cocinado a la gallega, no eché en falta en ningún momento la típica patata cocida que suele acompañar al pulpo. Además, cocinan el tentáculo entero, y no en trozos, lo cual mantiene el sabor y ese puntito de dureza que caracteriza a un buen pulpo. Lo que no me atrajo del plato fue que tras ser cocinado, se nota que le pusieron por encima un buen puñado de sal gorda(probablemente Maldon) que a mí que soy alguien que come siempre sin sal, me hizo saborear este plato con mala cara.
Para terminar, probamos por recomendación de mi padrino, la yakisoba de langostinos, yo era la primera vez que probaba este plato, y para mí fue el punto fuerte de la comida. La yakisoba es un plato bastante similar a los noodles (de los cuales me declaro super-fan) cocinados con una reducción de salsa de soja que sabía un poco a curry, unos langostinos, setas, zanahoria, lombarda y col blanca, todo ello cocinado supongo que en el wok, aunque no tuve ocasión de entrar en la cocina. Las verduras y las setas estaban cocinadas en su punto, y el langostino no estaba mal, aunque la salsa le quitaba un poco su sabor.

Yakisoba para cuatro y ración de eso mismo para uno.

Tras esta pequeña fartura, tomamos un postre entre los cuatro, ya que comimos picando algo entre todos, el postre no iba a ser distinto. Fuimos a por el arroz con leche, sin requemado,lo cual para algunos es una aberración, pero el truco de este sitio es usar chococrispies para darle ese punto crujiente que da el requemado, y en mi opinión funcionó a las mil maravillas. Además venía acompañado de helado de vainilla para darle un poco de frescura al plato y un poco de mermelada de melocotón, que le proporcionaba un toque dulce al asunto.

La camarera que nos atendió, muy simpática y nos explicó lo que era cada plato que no conocíamos de una manera sencilla y correcta. Además, ya que bastantes platos eran de comida asiática nos dejaron unos palillos para comerla, yo lo agradecí bastante, así podía tomarme los platos con más calma.

Definitivamente volveré a este sitio, eso sí, sponsorizado por mis padres o mi padrino, ya que la economía de un estudiante no da para este tipo de lujos. 
Os recomiendo ir a este sitio con reserva, ya que las dos veces que he ido se ha llenado a una velocidad increíble.
Para acabar, daros un consejo a todos, no os neguéis a probar pescado crudo, sí, puede parecer una asquerosidad, pero hacedme caso, el sashimi es una de las mayores delicias que he probado en mi vida. 

Restaurante Crocante: Calle Rosario nº7
Barrio de Cimadevilla, Gijón.
Tlf: 984846454